1955 - Mi combate
Sin la grandeza, mas con la osadía
de Don Quijote, afronto los molinos;
no importa cómo ni por qué caminos
me salen al encuentro cada día.
No floto en gozo al verlos, mi energía
podrá domar las copas de los pinos,
pero no logro verlos tan genuinos
como el buen caballero los veía.
Quisiera hallar en ellos los gigantes
de amplios brazos en cruz, gesticulantes,
para darle al combate algún sentido.
Mas sólo veo inmóviles perfiles
sobre la estepa, ni ásperos ni hostiles…
¿Habré olvidado el sueño y me he dormido?
Los Angeles, 16 de septiembre de 2008