1987 - Asomándose al día
Tanto esperar a que la luz temprana
descubriera su rostro, recluído;
tanto juzgarme en su apatía hundido,
y hoy por fin ha enrollado la persiana,
y se ha dejado ver. Se me engalana
de nuevo un mundo que pensé perdido,
llegan viejos rumores a mi oído
que adormeciera decepción lejana.
Entre las manos tuvo dos futuros,
y al no agruparlos se encerró entre muros
de soledad, de hiel, de bancarrota.
Y ahora se asoma al día, en añoranza
de la vida que fue, con la esperanza
de recobrarlo todo gota a gota.
Los Angeles, 14 de noviembre de 2008