1991 - La mano
¿Dónde mi rigidez, mi fortaleza?
No soy ni litoral ni acantilado,
pero hay un mar rompiendo a mi costado,
y un polvorín volando mi cabeza.
En cada amanecer se despereza
y se renueva el mundo, ayer cansado;
pero ese hostigamiento prolongado
no deja en mi alma pieza sobre pieza.
Te di la mano. Un doble dinamismo
cobró fuerza en tu vida y en mí mismo,
y ambos fuimos de llama y energía.
La soltaste y perdí. Débil y oscuro,
me pierdo entre vaivenes, y el futuro
me obsequia con su mano, tan vacía.
Los Angeles, 20 de noviembre de 2008