1997 - La otra mitad
Te esperaba en el viento huracanado,
demoledor de torreón y abeto,
en avance frontal, sin el secreto
de quien serpea tímido y callado.
Te esperaba en el tráfago encrespado
de las olas del mar, nunca sujeto
a normas ni sistemas, en inquieto,
tenaz vaivén contra el acantilado.
Pero no recalaste en ciega furia;
llegaste, sí, vestida de lujuria,
pero bajo la piel, sedosa calma.
Eras brisa danzando en torno mío,
envolvente fragancia, manso río,
la otra mitad que me exigía el alma.
Los Angeles, 1 de diciembre de 2008