1999 - Sin luz, sin sombras
Se me rebela cada sombra amiga
hasta hoy en placidez adormilada;
o bien me tienden súbita emboscada,
o se enmarcan en tropa que me hostiga.
Hombre fui de la luz, que se prodiga,
y del fuego, energía, llamarada;
la penumbra era el perro, la criada,
siempre en guardia, ignorantes de la intriga.
En todos mis rincones, lealtades,
y en lo más hondo de mis soledades,
la fragancia y sabor de lo elegido.
Pero esta soledad que se me ha impuesto
la maldigo, la abjuro, la detesto,
sin luz, sin sombras, espiral de olvido.
Los Angeles, 8 de diciembre de 2008