2014 - Nuestra batalla
Se perfiló exigente y agresiva,
cada palabra era atropello y seda,
un tipo de mujer que entra y se hospeda
sin previa invitación, provocativa.
Y uno se deja, barco a la deriva
sin velas ni timón. Nos desenreda
cada recóndita intención, y queda
aglutinada a nuestra piel, lasciva.
Nunca inactivos, nos amotinamos;
somos, al fin, guerreros que pasamos
de retozo a batalla, mas ajenos
a la persecución de la victoria.
Nuestra única ambición está en la gloria
de la lid, sobre el tálamo, sin frenos.
Los Angeles, 15 de enero de 2009