2042 - Ahora tampoco
Nunca te hablé de mi hecatombe interna,
del ominoso desmoronamiento
de los muros del alma y su cimiento,
de reemplazar el sol con la linterna.
Tu desaparición me desgobierna;
galeón sin compás, trémulo intento
seguir mi ruta; oscuro el firmamento
me niega la polar; no hay vía alterna.
Y me dejo llevar del oleaje,
ajeno a dónde aboque mi viaje,
insensible a otra voz o disyuntiva.
Ahora tampoco llamaré a tu oído,
que, si no sordo, se halla adormecido.
Siga mi galeón a la deriva.
Los Angeles, 6 de marzo de 2009