2106 - Mies
Brotan entre los trigos amapolas,
dando a la mies vitalidad sangrante;
y la marea aurífera, ondulante,
hace de las espigas banderolas.
Como el rumor del mar las caracolas
en su oquedad repiten, cimbreante
cada tallo es murmullo susurrante
en esta inmensidad de tenues olas.
Así te vi, dorada, luminosa,
tendida sobre el lecho, como diosa
curvada en atrevida incitación.
Y yo, simple mortal, alborozado,
me dejé subyugar, blando soldado
de fácil triunfo a amarga decepción.
Cantabria, 23 de mayo de 2009