2108 - Qué orfandad
Deshojaré la rosa florecida,
antes de marchitarse, sobre el lecho;
engalanen los pétalos tu pecho,
incidental, gentil desconocida.
Tal vez te irás al alba o me despida;
quizá este festival se habrá deshecho
al expirar el mes, y yo, maltrecho,
maltrecha tú, rodemos por la vida.
Será victoria y a la vez fracaso,
tan rebosante abril, y tan escaso,
como quien nace y muere al otro día.
Qué orfandad elegimos, asfixiante;
te hiciste embarcación, yo navegante,
y abortamos al fin la travesía.
New York, 29 de mayo de 2009