2116 - Mi herencia
En languidez avanzas. Se te anuda,
como brazal de púrpura, el deseo
de cada observador en cotilleo,
mas sólo yo te alcanzo a ver desnuda.
Cada mirada ajena, aun siendo muda,
lanza gritos al aire, revoleo
de halcones en dramático rastreo
sobre tu cuerpo, y sobre mí la duda,
la persistente incógnita plomiza,
que pesa sobre mí, y me inmoviliza,
de hasta qué punto en libertad te mueves.
Porque te sigo desde siempre, quiero
ser designado intrínseco heredero
de todas tus honduras y relieves.
Los Angeles, 6 de junio de 2009