2132 - Sequedad
Sólo palabras áridas me nacen,
hojarasca de otoño, burbujeo
que no altera otra piel, chisporroteo
de llamas que en ceniza se deshacen.
En mausoleo de orfandades yacen
las ideas de ayer, que ya no veo;
no hay conexión de mente a galanteo,
están muertas, o no me satisfacen.
Sobre el bucólico vergel, ya muerto,
va avanzando la arena del desierto;
era sensual el mundo, o lo era yo.
Una estrella polar me dirigía
en la noche del alma, pero un día,
no sé cómo o por qué, se me extinguió.
Los Angeles, 4 de julio de 2009