2145 - Nada (VIII)
No tienes ya palabras; agotaste,
no los temas de diálogo tejidos
en nuestro ciclo de años encendidos,
mas la aptitud de hablarlos, por desgaste.
El tiempo fue limándote. Llegaste,
por el declive, al fondo; los sentidos
erosionados por la ausencia, ungidos
de ocio y apremio, asolador contraste.
La intensidad retrocedió hacia el tedio,
coyuntura asfixiante, sin remedio,
que el don de la palabra incapacita.
Ya no sabes hablar, o ya no puedes.
Tan muda estás, mirando a las paredes,
mientras el mundo en derredor te grita.
Los Angeles, 14 de julio de 2009