2150 - Todo (V)
Te doy el beso que a gentil doncella,
temerosa, inexperta, le daría;
te impartiré la súbita alegría
que mi semblante a tu fervor destella;
y he de ofrecerte un tacto que atropella
mandamientos, modestia y cobardía,
adueñándose de esa anatomía
que intentas proteger de extraña huella.
Entre tantas opciones extendidas,
¿a cuál, mujer de sábanas dormidas,
se extenderá tu mano temblorosa?
Y la muchacha de mirada clara,
pensó un momento, como si dudara.
“A todas”, dijo, casi temerosa.
Los Angeles, 19 de julio de 2009