216 - Tus dos tús
Un hombre vive en tí, y otro dormita;
éste un misterio, aquel indiferente;
no me basta su beso reverente
sobre mi rosa de pasión marchita;
algo más de arrebato necesita
este mi río en calma y sin corriente,
quizá una inundación que me reviente,
o una íntima explosión de dinamita.
Le volveré la espalda al hombre inerme,
y me abalanzaré sobre el que duerme,
sacudiendo su espíritu con brío.
Le obligaré a adoptar una postura
de menos pretensión y más locura,
que se desborde en mí como otro río.
Los Angeles, 11 de junio de 1999