215 - No tú
Una garra invisible, insensitiva,
rasga mi piel con tajo fulminante,
y abre múltiple surco palpitante
en la tierra del cuerpo en carne viva.
Sólo el dolor le guarda y le cultiva,
sólo el gemido brota sofocante,
y su fruto transforma en un instante
la mente libre en infeliz cautiva.
¿Quién habrá de vendarme las heridas?
¿Quién vendrá a mí con manos extendidas,
lejana, amiga, próxima o extraña?
No tú, cuyo ornamento es el rechazo;
no tú, cuya caricia es el zarpazo;
tu ley la decepción y la artimaña.
Los Angeles, 8 de junio de 1999