2175 - Sueños (VI)
No sé si el agua es puño o mano abierta,
ni sé si me acaricia o me amenaza;
fluye en mi sueño, me hunde, me desplaza,
mas el alma queda árida y desierta.
¿Dónde la fértil madurez de huerta
que me pronosticó? Se me adelgaza
cada tallo emergido ayer, y aplaza
la mies que se perfila tan incierta.
No me fecunda este agua exuberante;
me inunda, no me cala; es más instante,
más transitoriedad que persistencia.
Agua quiero que envuelva y se me adentre,
que me apague la sed, y me descentre
como si fuera un vino de excelencia.
Los Angeles, 16 de agosto de 2009