2224 - La espera
Me desgastan los días de la espera,
eres desatención que debilita;
tu alma llevo a la mía circunscrita,
ceñida, inexorable enredadera.
Y tú, ¿qué llevas? ¿Late y persevera
en tus concavidades la exquisita
complicidad de antaño, o bien dormita
en rutinaria calma dominguera?
El rumor de las aguas del Leteo
murmura ya mi nombre, y me planteo
beber en sus corrientes el olvido.
No vuelvas ya. No encontrarás la llave
debajo del felpudo; soy la nave
que te esperó en el puerto, y ha partido.
Los Angeles, 15 de octubre de 2009