2254 - Máquina (II)
A veces te me rompes, te detienes,
toda inmovilidad, toda letargo,
cada momento absurdamente largo,
como una red de interminables trenes
adormecidos junto a los andenes,
a la espera eventual de nuevo cargo.
Ni rumor ni moción. Y sin embargo,
llegan pedidos de los almacenes.
Con tanto que ofrecer, tanta destreza
en tu elaboración de cada pieza,
restáurate, renuévate, produce,
insertando en tu plan de operaciones
cierta diversidad, ciertas funciones,
que lo transcendental también seduce.
Los Angeles, 13 de noviembre de 2009