2256 - Libertad de expresión
¿Lavaré mis palabras? Si inocentes,
si, aunque audaces, cada una tan sincera,
¿qué es lo que las enturbia o adultera?
Tal vez la hipocresía de las gentes.
¿Las plancharé después, y en los durmientes
bargueños del cerebro, mi ceguera
las dejará encerradas, llave afuera,
luz apagada, y barras excluyentes?
¿Y por qué habré de hacerlo? ¿No es la plaza
libre foro adversario a la mordaza,
donde madura la autenticidad?
A los oídos disconformes grito
desde mi enfática opinión: Maldito
quien procura mermar mi libertad.
Los Angeles, 13 de noviembre de 2009