2272 - Libro
Me obstino en repasar páginas mudas
que nada saben ofrecerme ahora,
de un libro cuya voz reveladora
disipándose fue en descuido y dudas.
Fue en su tiempo rumor de aguas menudas,
y grito fue de fe esperanzadora,
y rugido salvaje que devora,
y fantasías de pudor desnudas.
Y un día se cerró, sobre la mesa,
como si toda intimidad impresa
se adormeciera en sueño irrelevante.
Yo suelo abrirlo, con la expectativa
de despertarlo, pero no se activa,
ya letra muerta lo que fue vibrante.
Los Angeles, 29 de noviembre de 2009