229 - Mi carta
Vuelvo a tí con idéntica insistencia,
sólo de ruego, no de obligaciones,
que mis deseos, como tus acciones,
deben llevar perfecta equivalencia.
Hay en mi caminar sello de urgencia,
ábreme sin tardar, que en ocasiones
considerar motivos y razones
puede abocar en gris indiferencia.
No leas entre líneas, que lo escrito
salió de mis entrañas como un grito,
estentóreo clamor, vivo y directo.
Soy lo que soy y digo lo que digo,
amante sin rubor, sincero amigo,
que llega a ti al final de su trayecto.
Los Angeles, 22 de julio de 1999