2301 - Me adriestró en esperanza
Me adiestró en esperanza. Me decía
palabras, si otras veces escuchadas,
con tal intensidad regeneradas
que las juzgué naciendo todavía.
Y a su cadencia, en mi interior latía
un nuevo yo, temblor y llamaradas,
soñador de galopes y de almohadas,
sedas y arpones al morir el día;
y a través de la noche, y a la aurora,
cuando la piel del alma nos devora,
y el alma de la piel aún martillea.
Y en sueños de futuro, tan dispares,
puntualizaba fechas y lugares…
Ah, la esperanza que aún relampaguea.
Los Angeles, 5 de enero de 2010