2311 - Por tu calle
En la delgada sombra de este ocaso
que se niega a ser noche y ya no es día,
tu calle al sol de agosto me es tan fría
que me estremece el alma cuando paso.
Me detengo en el bar y pido un vaso
del más fuerte licor. En teoría
debiera reanimarme, mas llovía
tanto dentro de mí que no fue el caso.
Observando a través de la ventana,
me traicionaba la visión lejana
de tu balcón ardiendo en crisantemos,
de la explosión de nardos en tu huerta.
La calle, como el alma, tan desierta,
yo en alta mar con sólo un par de remos.
Los Angeles, 24 de enero de 2010