2338 - Llegó la pólvora
“Intuyo que una hoguera tan perfecta
nunca nadie podría ya encenderme.”
(Carmen Conde)
Se me incendió la vida; la que fuera
cíclica sucesión de años perdidos
con pálidos destellos, extinguidos
al soplo de la brisa tempranera.
Pero llegó la pólvora; ella era
blanda y voraz, fogatas y estallidos,
y se abrazó a mi leño, y mis sentidos
sobrepasaron su última frontera.
Trabado en ella no extendí la vista
más allá de su entorno; mi conquista
se unció a mi rendición; mutuo proyecto.
Si al fin batido por los avatares
de tiempo, circunstancias o lugares,
no por eso dejó de ser perfecto.
Los Angeles, 25 de marzo de 2010