Poemas de amor, de soledad, de esperanza
de
Francisco Álvarez Hidalgo

Antología de Sonetos

2355 - Nadie los oye, sino yo
Tantas cosas me invitan a su juego, procuran seducirme con rumores de madrigal, o zambra de colores, pero consigo hacerme sordo y ciego. Controlo mis sentidos, me despego de fragancias, de tactos, de sabores, amortiguo asperezas y rigores, y sé hallar el sendero del sosiego. Mas si puedo cerrar ojos y oídos, no logro amordazar los alaridos en que prorrumpe el corazón sangrante. Nadie los oye, sino yo, intramuros; residen en los fondos más oscuros de la desolación de cada amante.
Los Angeles, 18 de abril de 2010
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