239 - Nueva dirección
Llamarás en la noche con tu oferta,
y escucharás el silencioso olvido;
que de tanto esperar quedé dormido,
pero antes de dormir ya estabas muerta.
Vuelve sobre tus pasos, que la puerta
no se abrirá ni a aullido ni a gemido:
más que ver el ayer restablecido
prefiero el alma de pasión desierta.
Y al despertar de la mañana fría,
si revive en mis miembros la energía,
tomaré mi bordón de peregrino;
y sin plan, compañía, o equipaje,
por el único gozo del viaje,
emprenderé de nuevo mi camino.
Los Angeles, 30 de julio de 1999