238 - Brindaremos después
Lejano ayer, con miedo disfrazado
bajo el temblor horizontal del vino,
enturbiando el arroyo cristalino
de tu mente, en paisaje encapotado.
Aquella joven virgen ha llegado
a ese crítico punto en el camino
de la vida que exige un desatino,
mas hoy sin el sentido amortiguado.
Lenguas de fuego lamen hoy tu vientre,
y abierta me suplicas que me adentre,
y lo haré, de tu piel a tu cerebro.
Pero esta vez, con claridad de ideas,
para que en pleno regocijo veas
esta fiesta de amor que en ti celebro.
Los Angeles, 28 de julio de 1999