2408 - De ella aprendí
De ella aprendí el amor, y cuanto entraña
de rendición, sensualidad, entrega;
y el arte de obtener, que nunca ruega,
pues el ruego no roza, sino araña.
Y me enseñó a sentir, sin la cizaña
del temor o la duda, con la ciega
fe de los mártires, que no repliega
pisada o provisión, y que no engaña.
Me demostró la conexión que existe
entre el amor y el sexo, que no insiste,
porque nace de su espontaneidad.
Pero no me indicó de qué manera
resucitar un alma que se muera
después de haber amado de verdad.
Los Angeles, 5 de julio de 2010