2423 - Sazonando
Te deslucen las trenzas en el pelo.
Es amarrar el viento, que reclama
su libertad; es atenuar la llama,
o aprisionar el pez en el anzuelo.
No eres niña de mano del abuelo;
has madurado hacia el umbral de dama,
y aun sin haber desorden en tu cama,
en esa dirección ya alzas el vuelo.
Redime la cautiva cabellera,
que al aire ondule en gloria de bandera,
y te miren los hombres insumisa.
Tremolante melena, audaz cerebro,
si en enternecimiento ante el requiebro,
de firme empeño, de intención precisa.
Los Angeles, 27 de julio de 2010