2447 - Muerte
He derribado el muro de la muerte,
tras el que hostil y silenciosa acecha;
desconozco su táctica y su fecha,
mas ni pasmo o terror sobre mí vierte.
Porque he visto su rostro. Ni soy fuerte
ni me estimo por sabio. Mi cosecha
granará un día y, pródiga o maltrecha,
al tajo de la hoz yacerá inerte.
He observado su cara descarnada,
y comprendido que no puede nada
fuera del firme plan que se le ha dado.
No por más afligirme, su momento
fluctuará; lloré en mi nacimiento,
lloren mi muerte quienes me han amado.
Los Angeles, 6 de septiembre de 2010