2450 - Su sombra (I)
Era su sombra esbozo irrelevante
mientras conmigo andaba de la mano,
como la última tecla del piano,
siempre al acecho, endémica aspirante.
Ya importuna, marchando por delante
con predisposición al primer plano,
o en dócil sumisión de provinciano
siguiéndonos el paso, vacilante.
Nunca presté atención a su presencia;
era sólo una sombra, y su existencia,
si pertinaz, no me quitaba el sueño.
Pero al quedarme solo, aparecía
en público y privado, y me seguía
como cachorro en busca de su dueño.
Los Angeles, 11 de septiembre de 2010