2451 - Su sombra (II)
Como cachorro cuyo dueño huyera
dejándolo a su suerte, abandonado,
quebrando un vínculo que fue pactado,
aunque ni a firma o sello se asintiera.
Ella partió una tarde, en primavera,
cuando se abren las rosas, y embriagado
de fragancia y color, en el terrado
sestea el aire en placida ceguera..
Yo no logré dormir. Lo había hecho,
en paz o turbulencia, ya en su lecho,
ya en la playa, en el campo, en mi automóvil.
Mas ahora, en soledad, me vi perdido.
Sólo su sombra se me unió, y sin ruido
tendióse a mi costado, afable, inmóvil.
Los Angeles, 12 de septiembre de 2010