2459 - Improbable regreso
Todavía camina en la espesura,
sin definida senda ni destino,
leve su paso, ritmo paulatino,
como flotando al aire su figura;
siempre a idéntica hora, en la fisura
de la tarde y la noche, cuando el trino
del jilguero dormita, y el camino
del pueblo al parador se desfigura.
En busca va del alma desvalida
que no retuvo al borde de su vida,
que permitió evadirse tiempo atrás
entre estos mismos robles y castaños.
Sigue esperando, al paso de los años,
su improbable regreso. Nada más.
Los Angeles, 20 de septiembre de 2010