2494 - A un niño serio
¿Qué zozobras absurdas, qué ansiedades
te arrancaron del rostro la sonrisa?
¿Qué vaga sombra flota, e improvisa,
en el mar de tus ojos, seriedades?
¿No sonríen en todas las ciudades
ángeles como tú? ¿A qué esa prisa
de hacerte hombre de pronto en la pesquisa
de asuntos importantes? Hay edades
para todo en la vida, y tus deberes
son la risa y el canto y los placeres
menudos del oasis de la infancia.
Ríe, pequeño, salta y alborota,
que tu alegría, al explotar, rebota
en quien te quiere aquí y en la distancia.
Los Angeles, 4 de noviembre de 2010