2501 - Voz
Me llegó su palabra por escrito,
elemental, vacía de rumores,
rosa exenta de aromas y colores,
de tono neutro, pero no marchito.
Me llegó por teléfono, exquisito,
flúido acento en ala de temblores,
diríase rondó de trovadores
o arrullo de la reina al favorito.
Y un día, al fin, me la ofreció en bandeja,
como en brindis de vida, que despeja
los últimos vestigios de la duda.
Se llegó frente a mí, me habló en directo,
se hizo la luz, y el mundo fue perfecto
cuando en silencio me abrazó desnuda.
Los Angeles, 9 de noviembre de 2010