2561 - Rastreo (II)
Llena de mí. Tendida sobre el lecho,
una mitad saciada y otra hambrienta,
me penetran tus ojos, qué herramienta
de taladrar los míos hasta el pecho.
Allá intentas llegar, donde maltrecho
se enclaustra el corazón tras la tormenta.
Sobre su herida de orfandad, sangrienta,
tu etéreo tacto aliviará el mal hecho.
También tu vista explorará mi mente,
cada idea desnuda, esa simiente
que gesta cuanto soy bajo la piel.
Escuchaste el clamor de mis sentidos,
pero eran mis más íntimos gemidos
lo que te hizo llegar a otro nivel.
Los Angeles, 7 de febrero de 2011