258 - Liberada
No soy mujer de rey o presidente
para gobierno de mis sensaciones;
ni me someto a ajenas elecciones,
ni acepto ser de nadie dependiente.
Libre de corazón, libre de mente,
dueña soy de mis propias decisiones,
si he de pisar sangrientos corazones
los pisaré con aire indiferente.
Al hombre trataré como él me trate,
si en paz, en paz; si no, en fiero combate,
con las armas del sexo o del amor.
Lo que quiero, tendré; tendré a quien quiera,
seré una dama, un ángel, o una fiera;
si alguien destaca, yo seré mejor.
Los Angeles, 26 de agosto de 1999