2583 - Atardecer
Hay fuego en tu cabello, hay llamaradas
tremolando en el aire de la tarde,
rojo crepúsculo que en ascuas arde,
o revuelo de alondras asustadas.
Y vienes hacia mí por las calladas
rutas del adulterio, sin alarde,
con leve timidez casi cobarde
que amordaza el rumor de tus pisadas.
Mas la intención vehemente que te guía
es polvorín sensual que estallaría
con el sólo chispazo del contacto.
Acércate, mujer, que el sol recuesta
su disco en el ocaso, y nuestra fiesta
ya levanta el telón del primer acto.
Los Angeles, 7 de marzo de 2011