264 - La cadena
En torno al cuello, en permanente abrazo
vió los años pasar, mudo testigo
de lo que soy, de cuanto emprendo y digo,
de íntimas sensaciones que disfrazo.
Y al cabo de este breve, intenso plazo,
en que mi vida se volcó contigo,
no deberá permanecer conmigo,
signo de haber dormido en tu regazo.
Te he de poner al cuello mi cadena,
hombre que has hecho a esta mujer ajena
ser tuya, sólo tuya, tan vibrante.
Y en ti será un emblema, un atributo,
que en secreto dirá cuánto disfruto
entregándome a ti y siendo tu amante.
Los Angeles, 8 de septiembre de 1999