2704 - Viejos tiempos
Tantos besos no di que hubiera dado,
transmisores de agónica energía,
tantos que el alma hambrienta me exigía,
muchos que nadie hubiera desdeñado…
Mas no los di, inexperto o apocado.
Tiempos eran de impar galantería,
en que la llama del amor ardía…
como en cualquier período pasado.
Hoy, desde mi horizonte, con tristeza,
al contemplar mi juvenil torpeza,
añoro cada idilio no nacido.
Y me pregunto si, en su hogar distante,
una mujer, que pudo ser mi amante,
me piensa…, mientras duerme su marido.
Los Angeles, 25 de agosto de 2011