2705 - Libérate, mujer
Mujer dormida en el adiós, despierta,
que amanece en colores no estrenados
nuevo día, y parterres y terrados
brindan fragancias en callada oferta.
Si una parte de ti parece muerta,
argucia es de la mente; si encerrados
en ésta los conceptos, no hay candados
que inquebrantable tornen una puerta.
Prerrogativas firmes son de todos
amor y libertad, en cuantos modos
frente a nosotros puedan emerger.
Libérate, mujer, de tus recelos,
y habla y ama sin freno, que hay anhelos
que a los muertos harían renacer.
Los Angeles, 25 de agosto de 2011