273 - Quinceañera
Ya no eres niña, y aún no eres mujer,
abandonaste a la una, a la otra esperas,
y estás a nado entre las dos riberas,
más cerca de mañana que de ayer.
Vuelve a nacer en cada amanecer,
y haz que sea, perenne viajera,
cada día una nueva primavera
que te estremezca y te haga florecer.
Cubrirán tu paisaje nubarrones,
oscureciendo ideas e ilusiones,
y pensarás que el mundo se va a hundir.
Recuerda que la más fiera tormenta
da paso al sol, que en esplendor revienta,
y así tú volverás a sonreir.
Los Angeles, 22 de septiembre de 1999