2774 - Caracola (III)
Eran tiempos de miel, de admiradores,
estrechando su cerco en torno al vuelo
sensual de tu vestido, blando anzuelo
cebado con indicios de favores.
Ninguna oferta redobló tambores
en tu interior, y cuando el terciopelo
de mansa voz logró agitar el suelo
bajo tus pies, tornaste a otros rumores.
Fue la voz que obstinada te ha seguido,
lugares y años, ya como gemido,
o susurro, o gentil revelación;
que juzgabas perdida, y que lo ha estado,
y aún hoy no sabes, cuando te ha llegado,
si un día aplacará tu desazón.
Los Angeles, 30 de octubre de 2011