2797 - Estatua de carne
Le hablaba en vibración de anatomía,
y en énfasis mental, y en gentileza;
mi lenguaje, del sexo a la cabeza,
era amor, llama y luz, en armonía.
En voz y acción le hablaba, y no entendía.
Era estatua de carne. Su belleza
no se alargaba allende la corteza,
alma sin erupción, mente baldía.
Eran sus ojos de cristal tallados,
miraban, mas sin ver; ni alborozados,
ni serenos ni tristes; sólo abiertos.
Mujer y hermosa, sin lugar a duda.
Logré admirarla en su esplendor, desnuda,
con todos mis sentidos casi muertos.
Los Angeles, 11 de noviembre de 2011