2852 - Sirena (III)
En el naufragio, su alma de madera
se espiritualizó; razona y siente
con músculo y fervor de adolescente,
y con diafanidad de cristalera.
Sobre la playa, exhausta, forastera
a este su nuevo mundo, al sol yacente,
es percepción de arcángel inocente
que de su nube en un traspiés cayera.
Mas se levantará, cuando despierte
de su fatiga al borde de la muerte,
tras tanto tiempo al borde de la vida.
Y en sus pupilas brillará la llama
de la estrella distante que proclama
sus deseos en luz estremecida.
Los Angeles, 21 de diciembre de 2011