2914 - Gatita
¿Dónde estabas, Señor, en el instante
de su muerte violenta, inesperada,
que no alzaste la mano en la calzada
controlando los frenos o el volante?
Esta gatita errática, ignorante
de aceras y semáforos, cansada
de buscar el regreso a su morada,
ya es sólo triste realidad sangrante.
Reventado su cuerpo, su alma al viento,
yace, insepulta, sobre el pavimento,
perdida, mas con alguien a la espera.
Me detengo. Recojo el cuerpecito
y, solemne y gentil, lo deposito
sobre la gris alfombra de la acera..
Los Angeles, 4 de marzo de 2012