2948 - Sábanas
A la primera luz de la mañana
las sábanas despiertan, en dolencia
de las manos vacías de tu ausencia,
llenas antes de ti, cuando cercana.
Y no saben qué hacer. Por la ventana
se adentra el sol naciente, en insistencia
de calor y sonrisas. Su elocuencia
es rumor de monótona campana.
En sus pliegues aún viven los sudores
aspirados de ti, reveladores
de horas activas de mejor fortuna.
Extrañan el abrazo en que envolvieron
tus miembros exaltados, y perdieron
soñándote, antes de dormir la luna.
Los Angeles, 4 de abril de 2012