2950 - Ahora y todo
Me besó desde el fondo de la audacia,
sin más requerimiento que el instinto;
yo era copa fugaz de vino tinto
que ella quiso beber. La diplomacia
no entraba en sus costumbres. Sí la gracia,
carisma y candidez. Piel de jacinto,
mas tras la piel confuso laberinto
de opciones grises. La florida acacia
nos amparó del sol;. sobre la espesa
hierba de mayo, sólo una promesa:
‘Ahora y todo; mañana no ha nacido’.
Me amparé en la ceguera hacia el futuro.
Su mágico, y maléfico, conjuro
me dejó arrebatado. Y abatido.
Los Angeles, 5 de abril de 2012