2952 - Por cada calle (II)
Pero también te encuentro en el gentío,
y en la plaza mayor, y en la alameda,
por donde aún vas, con ese andar de seda
ajeno a ruido y huellas. No hace frío
junto a ti en este invierno tan sombrío,
ni me moja la lluvia, ni se enreda
a mis piernas el viento, ni se hospeda
dentro de mí cuanto no es tuyo y mío.
Voy solo, mas contigo. Se adivina
que, invisible, un espíritu camina
indefectiblemente a mi costado.
Tal vez porque en mi propio sueño inmerso,
te canto, te sonrío, te converso,
viéndome los demás enamorado.
Los Angeles, 6 de abril de 2012