2999 - Entre mis dedos
Adormecidos llevo en cada mano
misteriosos vestigios del aroma
que fue en tu piel zureo de paloma,
memorial de nuestro último verano.
Manifiestan tu lado más humano,
el que intuí y me cautivó, y se asoma
al filo del placer, que habla el idioma
de mi más fiero instinto cotidiano.
Entre mis dedos se despiertan roces
en ti adquiridos, cuando nuestras voces
se amordazaban al fraguarse el beso.
Y aspiro tu recóndita fragancia
sin impedirlo el tiempo o la distancia,
como si ya estuvieras de regreso.
Cantabria, 23 de mayo de 2012